El Amor: dinamismo entre mente y cuerpo

Por Mauro Libi.- La psicología positiva de reciente aparición, intenta comprender, a través de la investigación científica, los procesos en los que intervienen las emociones positivas como seres humanos, ignoradas por otras ramas de esta ciencia humanista, particularmente nos vamos a referir al amor: sentimiento sublime y universal que incluso junto a la amistad tiene un día en honor a San Valentín.

Valorando investigaciones y estudios de expertos sobre el amor, hoy quiero compartir con ustedes un enfoque objetivo de lo que pienso es este sentimiento. Tradicionalmente es celebrado en muchas formas en el mundo por quienes están enamorados, también se extiende hacia amigos, parejas y familiares con una gran estima. Y precisamente en vísperas del día del amor y la amistad el amor como perspectiva positiva va más allá del decir un “te amo”.  Es un sentimiento que se ejecuta, se plasma, se decide, se actualiza.

Es una emoción, un proceso que involucra a la mente y el cuerpo de manera dinámica, es una oleada biológica donde el cariño mutuo y el sentirnos bien nos envuelve. Por unos instantes como la velocidad de la luz nos conectamos con el otro mediante la misma emoción compartida y mientras más alcancemos estos momentos, mejor nos sentimos, nos convertimos en seres más saludables y más felices.

Es como una emoción inexplicable que no se siente, es primordial primero vivirlo, ya que después de experimentarlo se siente. Nunca perdemos por dar amor, porque ofrecerlo con sinceridad, con pasión y delicado afecto nos dignifica como personas. En cambio, quien no sabe recibirlo ni cuidar ese inmenso regalo es quien pierde de verdad; pierde la esencia del ser.

Parece sencillo hablar y escribir sobre el amor, pero es bastante complejo porque compromete la experiencia de vida, el conocimiento muy personal de lo que en algún momento nos hizo extraviar la mirada por el recuerdo de un esposo que fue muy amado pero que ya no está, o por un hijo lejano que se ama en silencio, o por una mejor amiga o una hermana que hacen vida en un país distante; es como especie de conmoción, es una ternura con tristeza que en algún momento de nuestras vidas renace nuevamente, porque tenemos una nueva pareja u otros motivos que nos inspiran a sentirlo.

No es exclusivo, no está destinado a las personas que están más cercanas a nosotros. Si únicamente brindamos amor a los más queridos, nos estamos perdiendo oportunidades para mejorar nuestro bienestar, porque podemos experimentar instantes de conexión con quien sea, incluso con un extraño.

Estamos programados genéticamente para conectarnos entre nosotros y para construir lazos emocionales para sentirnos seguros. El coaching personal recomienda dejarnos querer, porque el amor que es bonito y auténtico no duele ni traiciona, ni tampoco entiende de lágrimas. El amor que impacta en la alegría es aquel que ofrecemos con los ojos abiertos y el corazón encendido.

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