Por
Mauro Libi.- Todo avanza, todo cambia, la
innovación es una imposición de la sociedad de los nuevos tiempos, de no ser
así se corre el riesgo de quedarse anclado en el pasado y convertirse en un
objeto de la “prehistoria”. De todo esto no escapan las marcas, pues el producto
que no evolucione puede pasar a ser un “fósil” en los próximos años, o meses, o
días.
Sí, innovación es el tema de la actualidad
y no es otra cosa que abrirse al mundo nuevo, a otras posibilidades de ver,
incluso, lo mismo, lo viejo para darle una nueva cara.
Innovación es evolución.
No innovar es un riesgo, al contrario de lo
que piensan que hacerlo puede ser peligroso y puede poner en peligro la
estabilidad de las organizaciones.
Y es que innovar no significa dar al traste
con lo existente, con las tradiciones, sino darles un nuevo aire.
Eso sí, innovar no se hace a costa de las
personas, pues estas deben permanecer en el centro de todas las acciones. Hay
que recordar que en el seno de los equipos de trabajo rondan cientos de ideas
que es preciso tener siempre en cuenta. Los trabajadores, recuérdelo, son los
principales colaboradores de toda organización.
Es imprescindible que en las organizaciones
impere un clima creativo que propicie la innovación, con estructuras flexibles
y un ambiente conformado por gente dispuesta a hacer aportes, a hurgar en las
nuevas posibilidades y dispuesta a la transformación.
Las empresas que se han negado a la
innovación hoy forman parte del pasado.
Y es que las consecuencias de no embarcarse
en la nave de las transformaciones, de la innovación, sencillamente pueden
llegar a ser catastróficas en el mundo empresarial.
Hay que advertir que no hablamos de echar
al traste las empresas de tradición cuyo mayor capital son sus valores. No. Se
trata de aprender a engranar ambas circunstancias. ¿Fácil? Obviamente no lo es.
De hecho es ya un ejercicio de innovación y creatividad lograr la convivencia
de esos valores
fundamentales y el cambio. La marca más famosa de refresco en
todo el mundo sigue manteniendo su fórmula tradicional y sin embargo innova
permanentemente.
Sí, innovar es sinónimo de riesgo y de
abrirse a lo desconocido con todas las incertidumbres que involucra. En pocas
palabras, innovar es gestionar el riesgo.
¿Cómo se logra la convivencia de lo
novedoso y lo tradicional?
Pues con inteligencia y creatividad, así de
sencillo.
La innovación comienza en la mente. Téngalo
muy presente.
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