Por Mauro Libi.-
Cuando tenemos la responsabilidad de ser jefe, debemos asumir este
comportamiento lo que implica tomar decisiones, y para serlo hay que aprender a
escuchar para poder decidir en forma acertada.
Muchas veces
cuando estamos en esta posición somos autoritarios, con lo cual demostramos
incapacidad para gerenciar, creemos que maltratando y descalificando a un
empleado somos mejores y exitosos como gerentes, pero estamos totalmente
equivocados. Un buen jefe ejerce su autoridad con motivación, con estimulo, se
destaca como líder amable, respetando en todo momento la condición humana de
cada trabajador.
Un buen jefe ejerce el liderazgo guiando en forma asertiva al resto de
los empleados hacia el objetivo común de la empresa. Les transmite seguridad y
confianza a los demás colaboradores, entiende
sus inquietudes, es amigo, pero demuestra que es el que manda.
Hay un detalle que debes tener presente, sí en tu
pensamiento estructuras la imagen de un jefe cascarrabias y malhumorado pegado
a tu escritorio y encuartelado en la oficina estarás condenado al fracaso en
esta importante función. Por el contrario, contagia a los colaboradores
una figura de jefe entusiasmado, que modela amabilidad y buen trato.
Ayudar a
superar la frustración de un empleado cuando se equivoca en una tarea asignada
es una importante responsabilidad que debes valorar, ofrécele nuevas
oportunidades; y si tú te equivocas o has tenido una explosión de ira
reconócelo y discúlpate. Errar es de humanos.
Ser un buen jefe a veces no resulta fácil porque
lidiar con diferentes personalidades, necesidades y aspiraciones pueden dejarte
frustraciones. Pero lo importante de esta responsabilidad es tener en cuenta
que el éxito de este compromiso depende del resultado de tú eficiencia loa cual
impactará en el rendimiento de los trabajadores a tú cargo, quienes son los
protagonistas de la mayor parte de la productividad y tú solamente eres el
responsable de que ese crecimiento fluya. Por ello es fundamental que
reconozcas que cuando un colaborador bajo tu supervisión tiene fallas o no
cumple los objetivos propuestas por la empresa debes revisar tu responsabilidad
como jefe.
Ten presente que tener poder es asumir este compromiso, es una posición empresarial que te da éxito, satisfacciones y
beneficios, pero hay que conseguirlas con esfuerzo. Ser jefe no es solo mandar.
Se trata de transformarse en un individuo con liderazgo, valorado y respetado y ser un ejemplo exitoso para las empresas y
personas que tienes bajo tú supervisión
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