Por Mauro Libi.- Mucha
gente opina que no existe el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, pero
sí existe; solo que es diferente para cada persona. Por eso habrá consejos que
no solucionarán nada para nosotros, pero a otra persona sí. Lo que debemos
tener claro es que no hay una fórmula, solución o receta
universal para lógralo.
Cada uno de nosotros
tenemos circunstancias, prioridades y necesidades distintas, tenemos que conocer nuestros valores,
prioridades y necesidades para
poder determinar la mejor manera de acomodar el trabajo y
la vida privada y la familia.
Pero nos preguntamos cómo equilibrar
esas dos facetas tan importantes y que no podemos descuidar. Expertos en
psicología positiva nos recomiendan analizar los horarios y disponibilidad,
revisemos cómo podríamos aprovechar el tiempo del
que disponemos.
Debemos tener presente que
importa más la calidad que la cantidad. No por tener toda la tarde libre vamos
conciliar mejor la vida que si sólo tenemos un par de horas. Debemos
organizarnos bien, por ejemplo, sí tenemos un par de horas libres
En vez de pensar que no
nos va a dar tiempo de hacer nada _sencillamente aprovechémosla_ de la mejor
manera.
No son necesarios largos periodos de tiempo
para sentirnos bien,
un cuarto de hora leyendo es suficiente para relajarnos, una clase de yoga de
media hora, un paseo de 20 minutos con la pareja y sí es posible dedicar media
hora de atención ininterrumpida a nuestros hijos. Si
dispones de poco tiempo, empecemos por convertirlo que se mejor
que nada. Oír música en el vehículo o quizás pasar el rato del almuerzo
charlando con los compañeros, comiendo al aire libre, o simplemente nada, hacer
lo que más no relaje, lo importante es que aprovecha cada momento.
Los positivistas también
nos recomiendan poner límites en el trabajo y di no a personas
y proyectos, acepta que el día no tiene suficientes
horas para hacer todo lo que quieres y
elige las actividades y personas que quieres que formen parte de él. Al final es una cuestión de elecciones, hay
muchas cosas que podemos posponer sin causar un drama; lo que tenemos que hacer
es atrevernos a marcar límites,
a decir hasta aquí llegó y mañana sigo.
Definamos lo qué es
equilibrio para nosotros, aprovechemos el tiempo
libre que tengamos por poco que sea para hacer cosas que nos den energía y contribuyan
al equilibrio emocional y a la felicidad. Manos a la obra y dejemos espacio
para lo que realmente nos importa. No hay fórmulas para equilibrar la vida laboral con la personal, pero se puede, lo importante
es que nos decidamos hacerlo.
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