Por Mauro Libi.- No es fácil eso de ser emprendedor, pero
vaya que vale la pena hacerlo. El ver cómo se materializa una idea, un
concepto, un sueño, es, definitivamente, una maravillosa aventura en la que hay
que insistir todas las veces que sea posible y necesario.
Ver nacer un nuevo emprendimiento es sumar desarrollo al
país en el que este surge, con él va un nuevo nicho de empleos, oportunidades
de negocios, necesidades satisfechas de un público consumidor que clama por
soluciones a sus problemas.
El mundo de los emprendedores es, sin lugar a dudas, un
mundo que vale la pena vivir.
No todos tienen el privilegio de ver concretar un sueño, así
que no desaproveche la oportunidad si esta se le presenta, le aseguramos que no
se arrepentirá por más calenturas que pase en el intento. Pero los buenos
momentos son muchos y superiores a los malos.
Emprender implica tomar decisiones difíciles, con lo que la
madurez se va alcanzando día a día. Es una experiencia de crecimiento personal
inigualable que no hay que dejar pasar por alto.
El primer paso es como andar en la oscuridad, pero a medida
de que se avanza es posible ir constatando cómo se va aclarando el panorama.
Obviamente un buen impulso al principio siempre es necesario, el respaldo, el
apoyo, el espaldarazo.
La inversión inicial es uno de los aspectos más difíciles y
más engorrosos de conseguir, a menos de que usted cuente con un capital, unos
ahorros que está dispuesto a invertir en ver materializada esa idea que viene
rondando su cabeza desde hace mucho tiempo.
Conseguir capital y recursos no es cosa de soplar y hacer
botellas, por lo que es necesario levantar buenos proyectos, bien sustentados,
que atraigan a inversionistas o capten la atención de los bancos e
instituciones especializadas en el financiamiento de emprendimientos.
El crowdfunding o
micromecenazgo es también una buena alternativa para conseguir el tan ansiado
financiamiento.
El ingenio humano, la innovación, han puesto en el ruedo —y
seguirán poniendo— soluciones creativas para continuar apoyando el surgimiento
de emprendimientos, micronegocios y pequeñas empresas.
Los gobiernos y la sociedad en general saben que estas
iniciativas significan desarrollo y por más que la situación económica apremie,
siempre los ojos estarán al pendiente del emprendimiento como una vía para
superar estas crisis que acogotan las economías del mundo entero.
Y es que, como lo dijimos al inicio de estas líneas,
emprender será por siempre una maravillosa aventura digna de apoyo y en la que
todo el tiempo valdrá la pena embarcarse.
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