domingo, 12 de junio de 2016

Mauro Libi: Mecanismos para mantener una óptima productividad

Por Mauro Libi. A diario escuchamos y vemos todo tipo de referencias acerca de la productividad y sobre la necesidad de ser productivos: Todos quieren, o mejor, queremos ser productivos, lo cual, obviamente, está muy bien.



En primer lugar, cuando hablamos del tema tenemos que junto a la ya mencionada productividad, también vienen a la mente otras palabras relacionadas, como producción y producto. Y aunque parezca una tontería —en apariencia— detenerse a pensar en eso, es fundamental pues de la conciencia que tengamos ello derivará, precisamente, el éxito que obtengamos en cualquier actividad que desarrollemos y en la que aspiremos a ser, dicho sea de paso, “productivos”.

Como producción entenderemos todo el proceso en el cual los llamados factores de producción, es decir, los diferentes recursos que intervienen en la creación del producto, se relacionan, actúan entre sí para elaborar, confeccionar o fabricar los bienes y servicios que necesita una sociedad. En un lenguaje sencillo, la producción es la sopa en la que cada ingrediente pone lo suyo para darle sabor y sustancia a ese delicioso manjar que vamos a degustar.
 
Por productividad debemos entender, entonces, la relación entre lo obtenido —el producto— luego del proceso productivo o de producción, y los factores de producción que utilizamos para ello. Es decir, la productividad es, en pocas palabras, la relación entre lo que obtenemos y lo que invertimos en obtenerlo.

Otra manera de definir la productividad, aparte de la medición que hacemos de lo tangible (producto, factores y recursos), la hacemos al medir los resultados y el tiempo utilizado en hacerlo.

Así tenemos que cuando menores sean los recursos y el tiempo utilizado en obtener un producto, mayor será, por tanto, nuestra productividad.

Como puede verse, conocer y manejar estos aparentes “tontos” conceptos es fundamental a la hora de establecer cualquier empresa que no propongamos realizar. 

A la hora de establecer cualquier emprendimiento, el emprendedor deberá manejar al dedillo estos conceptos para garantizarse el éxito de su proyecto. Y es que, en realidad, la productividad, no es más que el indicador de eficiencia en el que inversión y resultado se conjugan.

Para finalizar, amigo emprendedor, recuerde que la ansiada productividad será posible en la medida en que se cuente con personal productivo que requiere, a su vez, condiciones laborales óptimas que lo motiven a desarrollar también un óptimo trabajo. 

Un imbricado trabalenguas que le permitirá alcanzar eso con lo que soñó a la hora de iniciar su emprendimiento: El éxito.


Sigueme @maurolibi12

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