
Niños
desamparados como él tienen la misma oportunidad de construir una vida normal,
y así lo afirma quien pasó durante diez años en esta casa hogar del estado
Vargas. Destacó el cariño de las personas que allí laboran y todo el afecto que
le dieron niños en condición similar durante los 11 años que estuvo albergado,
ahora tiene 22 y trabaja para Avelina.
Correa
pidió más fundaciones como la Casa Hogar
Al Fin , pues considera que con ello se estaría ayudando a una gran
cantidad de niños en una difícil situación por no contar con apoyo familiar.
Envió un mensaje a todos los que actualmente se encuentran en el albergue:
sigan luchando y tengan fe de que sí se puede alcanzar con esfuerzo propio todo
lo que soñamos.
Por Mauro Libi
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