Si de algo se siente orgulloso el presidente de Avelina Mauro Libi Crestani es que sus empresas han demostrado ser responsables socialmente. Uno de los proyectos que éste empresario ha cultivado junto a empleados y familiares es la fundación Casa Hogar Al Fin.
Según nos cuenta Mauro Libi hay un total de 75 niños varones en situación de riesgo han tenido la oportunidad de ver convertidas sus vidas gracias a la actuación de la Fundación, una iniciativa de Responsabilidad Social que funciona con el apoyo mayoritario de la Industria Procesadora de Cereales, Inproceca.
Mauro Libi Crestani, Presidente de Inproceca, explicó que la Fundación es el producto de un compromiso familiar asumido desde hace 20 años, prestando ayuda a jóvenes que habían sido abandonados y necesitan atención y cuidado para poder lograr ser reinsertados dentro del concepto de familia, además de obtener la formación necesaria para lograr un crecimiento e independencia en su vida adulta. “Para nosotros en Inproceca, la Fundación es una prioridad, una acción que realizamos convencidos de que con cada niño recuperado estamos dando un gran aporte para un vida futura”, indicó Libi.
La Fundación “Casa Hogar al Fin”, está ubicada en la Guaira y actualmente da cobijo a niños entre 0 y 17 años de edad, que cuentan con atención médica, sicológica y, de acuerdo con su edad, atención educativa a través de alianzas con escuelas a las cuales asisten con la dotación requerida, gracias al apoyo económico de la Fundación.
En nota de prensa se conoció que actualmente, Inproceca aporta el 70% del presupuesto total de la Fundación, lo cual incluye un aporte especial que da cada consumidor de la avena Avelina, con la compra de los empaques en su presentación instantánea saborizada.
“Nos hemos organizado para que la Fundación también cuenta con otros recursos, bien sea por la vía de la autogestión a través de la organización de eventos deportivos o bazares que le permitan generar ingresos, o mediante el programa “apadrina a un niño”, que consiste en captar personas sensibles a la situación de vida de cada uno de los niños y adolescentes que residen en el hogar, propiciando el acercamiento entre ambos a través de visitas a la entidad, celebraciones y actividades dentro de la Casa Hogar o actividades sociales y recreativas auspiciadas por particulares en la que se fomenta la cooperación voluntaria de estas personas con las necesidades materiales de los niños y adolescentes en cuanto a vestuario, útiles escolares , medicinas, consultas médicas, entre otros.
El objetivo final es que la Fundación pueda continuar su trabajo y siga creciendo para poder incorporar cada vez a más niños y evitar que puedan llegar a la calle o crecer con rumbos equivocados”, explicó Mauro Libi.
Un futuro exitoso gracias a la guía adecuada
Del total de niños que han pasado por la Fundación desde su creación en el 2008, más del 50% han podido ser reinsertados en un contexto familiar, en tanto que el porcentaje restante han logrado establecerse a través de otras modalidades legales como la figura de Familia Sustituta o adopción, una vez concluidos todos los requisitos exigidos por la Ley para este tipo de situaciones.
“Nuestra principal preocupación es que los niños y jóvenes puedan lograr contar nuevamente con una estructura familiar que les permita crecer sin traumas”, destacó el presidente de la organización.
Un caso a destacar es el de un joven, sin familia conocida, que vivía en una institución del estado hasta la creación de la fundación Casa Hogar al Fin donde fue trasladado por solicitud del Sr. Libi. El apoyo y empuje que le dieron dentro de esa institución, permitió que el joven ingresara como personal de Inproceca, escalando posiciones hasta lograr el cargo de asistente de RRHH en la actualidad, cargo que ocupa por su dedicación y formación. Actualmente su formación alcanza un título de TSU en Administración, y continúa estudiando para lograr la licenciatura, un destino que fue posible por la labor que se desempeña la Fundación.
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